La bebida con la que se ingieren puede inhibir su efectividad.

Los antibióticos pueden ser grandes aliados para combatir infecciones en los pulmones, en la vejiga o las amígdalas. Existen más de 80 sustancias muy útiles para combatir enfermedades generadas por bacterias y se considera que los antibióticos son una de las mayores conquistas de la medicina del sigo XX. Sin embargo, no siempre actúan. Depende de como sean ingeridos.

Para que un antibiótico sea efectivo es sumamente importante ser preciso con la dosis y la frecuencia. Además, es crucial evitar ingerirlo en combinación con bebidas que podrían derivar en un efecto adverso.

Alcohol:

Cuando una persona está tan enferma que necesita ser medicada, debería de evitar beber alcohol. La combinación con algunos medicamentos podría resultar peligrosa, explica un especialista de la asociación de internistas alemanes. El alcohol puede reforzar o debilitar el efecto de una medicación. También puede suceder que la medicación potencie el efecto del alcohol.

“El metronidazol, que se utiliza por ejemplo para las infecciones vaginales e intestinales, puede tener efectos colaterales como dolor de cabeza, náuseas y vómitos si se los combina con alcohol”, advierte el especialista en medicina interna y enfermedades infecciosas.

Lácteos:

La leche y los productos lácteos son un clásico de los alimentos que interfieren con los medicamentos, en particular a raíz del calcio, que “reduce el efecto de todas las medicaciones”, explica una especialista de la Cámara de Farmacéuticos de Alemania.

Esto ocurre en especial en el caso de los antibióticos, ya que “algunas de las sustancias se combinan en el intestino con el calcio y forman complejos moleculares que son tan estables que no pueden atravesar la pared del intestino”.

Eso hace que la medicación no pueda ser metabolizada y, por ende, sea expulsada del organismo sin tener ningún efecto. Esto sucede particularmente con los antibióticos del tipo de la tetraciclina y las fluoroquinolonas. El especialista recomienda no ingerir productos lácteos ni dos horas antes ni dos horas después de la medicación.

Agua mineral:

Contiene minerales como el calcio, el hierro o el magnesio que pueden interferir con los principios activos de los antibióticos y dejarlos sin efecto.

Al igual que otros productos, es importante no beber agua mineral ni dos horas antes ni dos horas después de la medicación. “Es mejor ingerir el antibiótico con un gran vaso de agua pura”, recomiendan los especialistas.

Café:

Las infusiones estimulantes como el café, el té negro, el té verde, los refrescos de cola y las bebidas energéticas pueden llegar a acentuar el efecto de algunos medicamentos y pueden generar palpitaciones o insomnio.